Anna Dorcey, directora global de marketing de la empresa de software, big data y cloud computing EMC  nos comparte  10 lecciones que mejoran el liderazgo femenil.

  • Actitud, actitud, actitud: Todo se vale. Se vale decir que no, se vale arriesgar todo, dar opiniones, pero es importante hacerlo siempre con la actitud correcta, buscando que la manera de conducirte te lleve al resultado que deseas.
  • Obedecer al instinto: Cuando Anna Dorcey tuvo a su primer hijo debió tomar la decisión de casarse con un hombre que ella creía ‘no era el indicado’ o tenerlo soltera. “Como toda chica, lo que hice fue llamar a mi madre. Ella me dijo que escuchara a mi instinto, que si no deseaba en realidad casarme, entonces no lo hiciera. Declinar la propuesta de matrimonio es de las mejores decisiones que he tomado. Obedecer al instinto es válido también en el aspecto profesional.”
  • Las relaciones son vitales: Tener éxito no sólo es cuestión de lograr metas, es cuestión de construir relaciones con tu equipo para alcanzarlas juntos. En la medida que adquieres más responsabilidades en una empresa es más probable que debas trabajar en equipos más grandes. Si no tienes una relación en la que puedan apoyarse en ti en las dificultades y tú puedas contar con tu equipo, entonces difícilmente lograrán transitar obstáculos y lograr metas.
  • Brinda apoyo tanto como puedas: Para considerar que tienes un buen liderazgo no sólo debes lograr metas, debes ayudar a los individuos a superar dificultades. Si los miembros de tu equipo tienen dificultades personales o atraviesan por un mal rato procura brindar apoyo. En el ámbito profesional es ideal que el líder se muestre abierto a ayudar a superar los obstáculos y no sólo a apuntar a lo que se hace mal.
  • Eres una mujer, no busques ser un hombre. La brecha de género tardará aún en cerrarse. Actuar como un hombre o tratar de imitar conductas es un enemigo del liderazgo femenino. Anna Dorcey afirma que lo mejor que puede hacer una mujer para que su liderazgo resalte es ser ella misma.
  • Si aprendiste del error, entonces no es un error. Aceptar los errores es un rasgo presente en muy pocos líderes; sin embargo, es vital. “Si aprendiste de los errores y cambiaste algo que hacías mal, entonces no fue un error, fue un pequeño obstáculo en el camino; el primer paso es reconocer que te equivocaste y poner manos a la obra para encontrar soluciones.”
  • Deja de obsesionarte con el equilibrio. NO, no es cierto que las mujeres pueden tenerlo todo, ni las mujeres ni los hombres pueden tenerlo todo. “En realidad ese balance famoso entre carrera y vida personal no existe. Cuando tienes un trabajo demandante no te ejercitas tanto como quisieras, no te haces pedicura en largos periodos, puedes administrarte y pasar más tiempo con tu familia, pero no puedes tenerlo todo, es cuestión de priorizar, escoger hacer lo que te hace sentir bien, no importa si la mezcla no es totalmente equilibrada.”
  • Céntrate en los aciertos de tu equipo. Al momento de dar retroalimentación en tu equipo céntrate en los aciertos. Señalar siempre lo que se hace de forma incorrecta puede generar un mal clima de trabajo. “Uno siempre cree que va a aprender más de quienes están en puestos superiores; sin embargo, las lecciones más valiosas de cómo hacer las cosas bien generalmente están en el equipo que lideras. Es importante valorarlo.”
  • Confía y di lo que piensas. Claro, siempre puedes decir algo erróneo, pero si tienes una idea en la punta de la lengua, no la guardes. Es importante que tengas confianza para externar tus puntos de vista, tus ideas y tus propuestas. “Cuando eres niña te enseñan a ser agradable, a no decir que no. Lo importante es que tengas confianza para decir no cuando debes hacerlo, a decir lo que piensas.”
  • Haz lo mejor que puedas, todo el tiempo. El mantra de todos los días de Anna Dorcey es hacer siempre lo mejor que puedas. “El éxito es cuestión de trabajar durísimo, de poner corazón. Es una mezcla entre tomar oportunidades, sentirte cómoda y tener muchas ganas de trabajar.”