Me encuentro con cierta información en periódicos: La Real Academia de la Lengua a través de la Fundación del Español Urgente (Fundéu) presentará un libro denominado “Escribir en internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales”.

De la mano del periodista Mario Tascón (que ni a cuenta de Twitter llega) nos entregan un libro que pretende guiarnos en la forma correcta de escribir en redes sociales.

Acicateado por la curiosidad de que tan vetusta y anquilosada institución tenga interés en redes sociales acudo al sitio de la Fundéu para conocer más del tema.

¡Sopas!

Lo primero que me encuentro es un artículo sobre la supuesta castellanización de la palabra Tupperware que a partir de ahora en correcto castizo será Táper.

¿What?

Como de costumbre estas supuestas “adopciones” se hacen desde la más mojigata y egocéntrica realidad peninsular: ¿Quién carambas llama táper a los recipientes de plástico de este lado del atlántico y entre el Bravo y el Usumacinta?

Absolutamente nadie: 110 millones de mexicanos no pueden estar equivocados a la hora de meter su lonch al tóper (ambos anglicismos, lo se, pero ambas palabras de uso sumamente corriente en este país).

Desde que tengo memoria mi mamá asistía a eventos de la marca Tupperware y desde esos entonces (la década de los ochentas) ya se consideraba tóper como palabra parte de nuestro idioma al facilitar y acortar el nombre original.

Desde entonces el tóper ha sido y seguirá siendo tóper, aunque en los más cultos diccionarios insistan que se dice táper. Puede que si, pero como sinónimo de tóper.

Pero basta recorrer el sitio de la Fundéu para darse cuenta de que se quieren transformar en una especie de policía del idioma (“tip es un anglicismo innecesario”, “tableta mejor que tablet” entre otros).

El mejor tip que les podemos dar es que la gente habla como habla y por más que se esfuercen a explicarnos que tecnología táctil es mejor a tecnología touch la gente seguirá utilizando el que se le venga en gana.

Es desde esta perspectiva que llegará a las librerías el dichoso manual: una serie de recomendaciones que de seguro leerán los académicos de la lengua pero que a nosotros los irreverentes usuarios [reales] de redes sociales ni nos molestaremos en revisar.

El idioma es una cosa viva y como tal evoluciona junto con su entorno: cuando llegamos a una revolución tecnológica como la que estamos viviendo, pues adaptamos las palabras y términos existentes y no nos damos tiempo de esperar a que sesudos académicos nos digan que lo correcto no es troll si no trol, Smartphone si no teléfono inteligente entre otras muchas acepciones.

Además hay recordarles que en otros países de habla hispana tenemos nuestra muy personal versión de algunas palabras como futbol en vez de fútbol y video en vez de vídeo (si, en ambos casos el acento hace mucha diferencia).

Foto: arimoore via photo pin cc

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