El ex-Beatle conquista, de nuevo, la Ciudad de México

Llegó el día del primer concierto de Paul McCartney en la Ciudad de México y tuve la fortuna de asistir (aunque no a los lugares que cuestan lo mismo que una moto); por el ambiente, los comentarios y la cara de la gente luego del espectáculo se puede afirmar que este ha sido uno de los mejores conciertos presentados en esta ciudad.

A pesar de una lluvia pertinaz el estadio, en todas las zonas abiertas al público lució un auténtico lleno y la gente seguía llegando aún luego de iniciado.

Paul McCartneyEl preliminar lo llevó a cabo un DJ (si alguien sabe el nombre, por favor infórmenme) que presentó una muy interesante colección de distintas grabaciones de canciones de los Beatles (algunas en glorioso español) y que no sonaba nada mal.

Luego de esta sui generis presentación el ambiente se empezó a caldear mediante la utilización de las enormes pantallas verticales de video las cuales comenzaron a exhibir memorabilia de McCartney en las distintas etapas de su carrera: como Beatle, como Wing y su larga carrera de solista.

El concierto abrió con “Magical Mistery Tour” y se lanzó a recorrer los más espectaculares éxitos del músico a lo largo de las diferentes etapas de su vida; además de las rolas clásicas como “Let it be” o “Back in the USSR” se dio el lujo de interpretar algunas canciones, también de los Beatles, pero que no son tan reconocidas como las anteriores, tal es el caso de “The night before” o “The long and winding road”.

Paul McCartneyTres momentos que se transformaron en apoteósicos fue cunado el ex Beatle recordó a su esposa Linda con “Maybe I’m amazed”, a John Lennon con una mezcla de “A day in the life” y “Give peace a chance” que hicieron que se me pusieran de punta los pocos pelos que aún tengo o la remembranza de George Harrison al cantar “Something” utilizando un ukulele como alguna vez lo hizo el guitarrista principal de la banda.

Por supuesto que la gente se le entregó y más aún cuando hizo todo lo posible de hablar en español, al grado de decirle al público “son a toda madre” después de tocar “And I love her”. Los 70 mil espectadores hicieron lo que el McCartney les dijo desde el escenario como la organización por sexos y secciones a la hora de cantar el estribillo de “Hey Jude” momento cumbre del concierto y que sería el previo a los “encores” que se aventó.

Algo que le llamó mucho la atención al intérprete fue el grito del público que decía el clásico “Oe, oe, oe, oe, Sir Paul, Sir Paul

McCartney demostró también su versatilidad musical al grado de cambiar de instrumento casi con cada canción, desde su clásico bajo Höfner pasando por la guitarra eléctrica que utilizó, según dijo, en varias grabaciones de los sesentas, hasta dos distintos pianos.

Otra cosa que cabe resaltar es la banda de McCartney: Rusty Anderson (guitarra), Paul Wickens (teclados, guitarra y percusiones), Brian Ray (bajo y guitarra) y Abe Laboriel Jr (percusiones y bajo); este último hijo del mexicano  Juan José Laboriel que a su vez es hermano del cantante Jonny Laboriel).

Paul McCartneyEl ex-Beatle nos presumió que ya llevaba 10 años tocando con ellos y la verdad es que suena muy bien el quinteto y da el ancho al tocar rolas tan representativas del rock universal como lo hacen.

Fue una noche muy completa, a pesar de que muchos se mojaron, la gente estuvo muy contenta bailando, cantando y haciendo irigote las dos veces que el cantante amenazó con terminar el concierto para regresar a tocar más éxitos como “Yesterday” y rematar el espectáculo (de forma muy atinada, diría yo) con el final de Abbey Road (“Golden Slumbers”, “Carry that weight” y su climax “In the end”) lo último que el cuarteto grabó y que es una especie de despedida musical de sus fans:

«And in the end, the love you take is equal to the love you make»

Definitivamente un gran evento, el concierto de McCartney cumplió con su misión de acercarnos un poco, a los fanáticos del rock de los sesenta y setenta, y recordarnos esa época.

El ex beatle ya tiene sus años (casi 70) y aunque se ve bien y ágil en el escenario, nunca sabremos si será posible verlo en vivo de nuevo.

Un gran evento que los asistentes tardarán mucho en olvidar.

Fotos:

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Recorridos Virtuales via photo pin cc
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